“Juro que no por deliberación he vuelto a la calle / de alta recova repetida como un espejo / de parrillas con la trenza de carne de los Corrales, / de prostitución encubierta por lo más distinto: la música.
“Puerto mutilado sin mar, encajonada racha salobre, / resaca que te adheriste a la tierra: Paseo de Julio, / aunque recuerdos míos, antiguos hasta la ternura, te sepan / nunca te sentí patria.
“Sólo poseo de ti una deslumbra ignorancia, / una insegura propiedad como la de los pájaros en el aire, / pero mi verso es de interrogación y de prueba / y para obedecer lo entrevisto.
“Barrio con lucidez de pesadilla al pie de los otros, / tus espejos curvos denuncian el lado de fealdad de las caras, / tu noche calentada en lupanares pende de la ciudad.
“Eres la perdición fraguándose un mundo / con los reflejos y las deformaciones del nuestro; / sufres de caos, adoleces de irrealidad, / te empeñas en jugar con naipes raspados la vida; / tu alcohol mueve peleas, / tus adivinas interrogan envidiosos libros de magia.
“¿Será porque el infierno es vacío / que es espuria tu misma fauna de monstruos / y la sirena prometida por ese cartel es muerta y de cera?
“Tienes la inocencia terrible / de la resignación, del amanecer, del conocimiento, / la del espíritu no purificado, borrado / por los días del destino / y que ya blanco de muchas luces, ya nadie, / sólo codicia lo presente, lo actual, como los hombres viejos.
“Detrás de los paredones de mi suburbio, los duros carros / Rezarán con varas en alto a su imposible dios de hierro y de polvo, / Pero, ¿qué dios, qué ídolo, qué veneración la tuya Paseo de Julio?
“Tu vida pacta con la muerte; / toda felicidad, con sólo existir, te es adversa”.
“Puerto mutilado sin mar, encajonada racha salobre, / resaca que te adheriste a la tierra: Paseo de Julio, / aunque recuerdos míos, antiguos hasta la ternura, te sepan / nunca te sentí patria.
“Sólo poseo de ti una deslumbra ignorancia, / una insegura propiedad como la de los pájaros en el aire, / pero mi verso es de interrogación y de prueba / y para obedecer lo entrevisto.
“Barrio con lucidez de pesadilla al pie de los otros, / tus espejos curvos denuncian el lado de fealdad de las caras, / tu noche calentada en lupanares pende de la ciudad.
“Eres la perdición fraguándose un mundo / con los reflejos y las deformaciones del nuestro; / sufres de caos, adoleces de irrealidad, / te empeñas en jugar con naipes raspados la vida; / tu alcohol mueve peleas, / tus adivinas interrogan envidiosos libros de magia.
“¿Será porque el infierno es vacío / que es espuria tu misma fauna de monstruos / y la sirena prometida por ese cartel es muerta y de cera?
“Tienes la inocencia terrible / de la resignación, del amanecer, del conocimiento, / la del espíritu no purificado, borrado / por los días del destino / y que ya blanco de muchas luces, ya nadie, / sólo codicia lo presente, lo actual, como los hombres viejos.
“Detrás de los paredones de mi suburbio, los duros carros / Rezarán con varas en alto a su imposible dios de hierro y de polvo, / Pero, ¿qué dios, qué ídolo, qué veneración la tuya Paseo de Julio?
“Tu vida pacta con la muerte; / toda felicidad, con sólo existir, te es adversa”.
Detalle del texto
Título | El Paseo de Julio |
Autor | Jorge Luis Borges |
Fecha | - |
Fuente | Cuaderno San Martín, 1929. |
Créditos | - |
Zona | De Puerto Nuevo a Ex Ciudad Deportiva |
Tema | - |
Medio | Texto literario |
Categoría | - |
Etiquetas
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