Las cigarras del hambre
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“La vía larga, estrecha y obscura se extendía ante él, bordeada por tenduchos sórdidos, por cafetines y tabernas llenas de musiquillas que nunca enmudecían.
“Veinte idiomas chocaban bajo las arcadas sombrías; ásperas figuras vagaban sin cesar por la vía misteriosa. Hombres de todas las razas se codeaban allí. Los aventureros andrajosos que salieron del vientre de las naves parecían haberse dado cita en esa Corte de los Milagros porteña.
“Era una ola turbia de la marea humana que subía sin cesar. Por esa vía angosta y larga pasaba la caravana. Se detenía un instante, en el fulgor de las tabernas, en el misterio de los antros, en las posadas extranjeras y pasaba…
En las altas horas Mohamed Alí tropezaba con figuras obscuras y vagabundas. La torpe canción de los ebrios despertaba los ecos de las arcadas silenciosas y ponía en fuga a los murciélagos…
“La marea humana había dejado allí su resaca. Una resaca inquieta y temerosa, una raza negra y extraña que se agitaba en los albergues desconocidos, en los cafés exóticos, que soñaba el rumor de las orquestas miserables y se adormecía sobre las copas de alcohol, en las mesillas mugrientas, hosca y solitaria, marcada en la frente por el estigma de los parias…
“Mohamed Alí, muerto de hambre, seguía caminando bajo las arcadas sonoras. Un sajón silencioso y pensativo se detuvo frente a él a contemplar un escaparate iluminado de un tenducho. Más allá un pálido griego miraba la noche, llenas sus nostálgicas pupilas de las visiones de sus valles remotos, que acaso no volvería a ver nunca.
“Un egipcio aceitunado, con los labios cárdenos de frio, acurrucado en el umbral de una posada búlgara, murmuraba alguno de esos aires monótonos que se cantan a lo largo del Nilo desde los tiempos de los faraones. A su lado tiritaba un viejo de Betania, compañero de nostalgia y aventura, un viejo que nació entre las piedras que vieron pasar a Jesús.
“De día las voces que oía Mohamed Alí eran roncas, angustiosas, impacientes. La ola desbordaba en la puerta de Babel…
“Hablaba Babel. Eran las lenguas de las razas viejas y eternas; eran los dialectos de los puertos, de las montañas, de las llanuras, que cantaban en aquel rincón misterioso de Buenos Aires…
“Mohamed Alí volvió a suspirar y salió de las arcadas. Un energúmeno invitaba a los transeúntes a ver la mujer más gorda del mundo”.
Detalle del texto
Título Las cigarras del hambre
Autor Héctor Pedro Blomberg
Fecha -
Fuente Las puertas de Babel, 1920.
Créditos -
Zona De Puerto Nuevo a Ex Ciudad Deportiva
Tema Sociedad,
Recreación
Medio Texto literario
Categoría -
Etiquetas
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