“Esta frontera de Neptuno y la Tierra, sin tregua disputada a las deidades rivales, lugar donde es dado el comercio más fúnebre e incesante. Lo que la mar rechaza, lo que no puede retener la tierra, los restos de abandonos enigmáticos; los miembros pavorosos de las naves dislocadas, negros como el carbón, y con viso de quemados por el agua salada; las carroñas ferozmente picoteadas y todas lisura por meced de las olas; las hierbas elásticas que arrancaran las tempestades a las dehesas transparentes de las manadas de Proteo; los monstruos deshinchados de frío, moribundo color: todas las cosas en fin que la fortuna entrega a las furias litorales, y al litigio sin desenlace entre la onda y la ribera, allí son llevadas y deportadas; puestas en alto, arrastradas por lo bajo: cobradas, perdidas, recobradas, según la hora y el día: testigos pesarosos de la indiferencia de los hados, innobles tesoros y juguetes de un cambio tan perpetuo como estacionario… (108)
SÓCRATES: Di con una de esas cosas que el mar arroja; blanca, de purísima blancura; alisada y dura y suave y liviana… ¿Quién te hizo pensé? A nada te pareces, y no por eso eres informe. ¿Eres juego de la naturaleza, oh tú, privada de nombre, y a mí llegada, envío de los dioses, en medio de los escombros que anoche repudiara el mar?
FEDRO: ¿Y de qué tamaño era ese objeto?
SÓCRATES: Grande, poco más o menos, como mi puño.
FEDRO: ¿Y de qué materia?
SÓCRATES: De igual materia que su forma: materia de dudas
“Permanecí algún tiempo y la mitad de otro, considerándola bajo todas sus caras. La interrogué sin espera de respuesta… Ya tan singular objeto fuera obra de la vida, ya del arte, o ya del tiempo y juego de la naturaleza, érame imposible distinguirlo… Entonces, de repente, echéla al mar”.
SÓCRATES: Di con una de esas cosas que el mar arroja; blanca, de purísima blancura; alisada y dura y suave y liviana… ¿Quién te hizo pensé? A nada te pareces, y no por eso eres informe. ¿Eres juego de la naturaleza, oh tú, privada de nombre, y a mí llegada, envío de los dioses, en medio de los escombros que anoche repudiara el mar?
FEDRO: ¿Y de qué tamaño era ese objeto?
SÓCRATES: Grande, poco más o menos, como mi puño.
FEDRO: ¿Y de qué materia?
SÓCRATES: De igual materia que su forma: materia de dudas
“Permanecí algún tiempo y la mitad de otro, considerándola bajo todas sus caras. La interrogué sin espera de respuesta… Ya tan singular objeto fuera obra de la vida, ya del arte, o ya del tiempo y juego de la naturaleza, érame imposible distinguirlo… Entonces, de repente, echéla al mar”.
Detalle del texto
Título | Eupalinos o el arquitecto |
Autor | Paul Valéry |
Fecha | - |
Fuente | El alma y la danza, 1958, p. 108-109, 111. |
Créditos | - |
Zona | - |
Tema | - |
Medio | Texto teórico |
Categoría | - |
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